Gabriela Abente es Doula, ella acompañó en el parto natural en el agua de Alejandrina Manzur que ocurrió hace unos días en el Hospital Bautista. Gabriela nos contó sobre esta experiencia y cómo se vivió el parto guiado por el gineco-obstetrae, Dr. Guillermo Ramalho.
¿Cómo surgió la elección de la mami para que vos seas su Doula?
Si bien esta pregunta podría responderla mejor la mamá, creo que en este caso la elección se fue dando desde hace un par de años cuando nuestras vidas se cruzaron en el mundo de la maternidad. Desde que nos conocimos tuvimos una relación muy especial, la cual fue creciendo en confianza.
¿Cuánto tiempo de trabajo de parto hubo y como fue la experiencia?
Al tener como deseo un parto natural, llevar un control exacto es bastante difícil, ya que parte del proceso es respetar los ritmos y la dinámica que cada mamá y bebé vayan teniendo.
En esta experiencia, la mamá fue sintiendo algunas contracciones irregulares 3 días antes del día del parto. Los primeros días iban y venían sin muchas molestias. Fue a la madrugada del día antes del parto (momento en el que acudí a su llamado), que pareciera por unas horas que las contracciones estaban volviéndose regulares y rítmicas, pero luego volvieron a espaciarse.
Fueron pasando las horas, las contracciones aún no agarraban ritmo regular y la mamá las estaba llevando muy bien. Fuimos probando distintas posiciones, masajes diversos, momentos de relajación y de visualización. En varias ocasiones, utilizamos el agua mediante la ducha como método de analgesia.
Las molestias seguían irregulares pero de a poco iban subiendo en intensidad. Durante todo el tiempo que permanecimos en la casa, había una comunicación constante con su médico, describiéndole cómo iba el proceso.
Durante buena parte del tiempo, la mamá pudo descansar recostada en el sofá entre contracción y contracción, llegando a quedarse dormida por algunos minutos.
Su marido estuvo presente todo el tiempo, dándole su apoyo, alentándola en el proceso y ocupándose de la logística de la casa. Le hacía masajes, la sostenía en algunas contracciones, se generó una dinámica muy íntima y fluida entre ellos.
Horas más tarde, las contracciones empezaron a volverse más rítmicas y regulares. Luego de aproximadamente dos horas de que se mantuvieran así, en comunicación con su médico decidieron ir al hospital.
Al llegar a urgencias, su médico la reviso y decidieron quedarse. Las contracciones eran cada vez más intensas. Un par de horas después, nos trasladamos a la sala de pre parto para que la mamá ingrese a la pileta. Por un momento el agua la relajó bastante y le permitió descansar unos minutos, pero enseguida volvieron las contracciones intensas y regulares. La mamá iba llevándolas con una tenacidad impresionante, le hablaba a su bebé diciéndole que era el momento de trabajar juntos, que no tenga miedo de salir, que todo estaba bien y que le estaban esperando.
Todo este tiempo los latidos del bebé eran controlados por su médico, así como los signos vitales de la mamá.
Luego de un par de horas nuevamente, el médico sugiere realizar un control a la mamá, y le comunica que faltaba muy poco para completar la dilatación.
Momentos después estando parada y sostenida por su marido, mientras yo le realizaba masajes, escuchamos un sonido y luego empezó a caer líquido; era la bolsa que se rompió de manera espontánea y el líquido era transparente.
Continuaban las contracciones súper intensas y regulares, fuimos sugiriendo nuevamente opciones de posición, pero había solo algunas que le ayudaban a llevarlas mejor; una de ellas era estar parada, sostenida por su marido. Ella se encontraba muy cansada, ya no sentía tantas fuerzas en las piernas y esa posición le permitía dejar caer el peso del cuerpo para descansar entre contracciones.
Alrededor de las 12:45 le sugerimos que vuelva a probar entrar al agua. A las 1:15 aproximadamente al finalizar una contracción ella dice: “ahí ya está, le siento”. Su esposo continuaba firme a su lado sosteniéndola, mientras yo me encargaba de masajear y hacer presión en la zona del sacro.
Y así… a las 1:35 y rodeado todo el amor de sus padres y de las demás personas que les acompañábamos, nació el bebé… un bello varón de 3,620 kg y 54 cm, con una circular de cordón, a las 41+5 semanas de embarazo. Fue directo al pecho de su mamá, que lo acunó en sus brazos, ambos rodeados de los brazos del papá.
Una vez que el cordón dejó de latir, el papá tuvo el privilegio de cortarlo. Para el alumbramiento, la mamá salió del agua y el mismo se dio unos minutos después. El bebé solo fue separado unos minutos de su mamá para el pinzamiento del cordón y luego volvió a sus brazos para continuar con el apego, el piel con piel tan fundamental para los recién nacidos y fue tomándose su tiempo para descubrir el pecho de su madre. Minutos más tarde, ya se encontraba mamando.
¿Tú estuviste todo el tiempo acompañando a la madre?
Si, en total fueron casi 27 hs de acompañamiento.
¿Básicamente de qué manera una Doula, en tu caso, acompaña a la mujer que está en trabajo de parto?
Formo parte de la Red de Doulas del Paraguay, y nuestro servicio incluye al menos una entrevista prenatal donde conversamos acerca de las distintas opciones de parto y sobre el tipo de nacimiento que se desea. Podemos ayudar a clarificar puntos en la elaboración del Plan de Parto y Nacimiento. Esclarecemos dudas y compartimos acerca de posibles miedos. Como el parto puede darse dentro de las dos semanas previas o posteriores a la fecha probable de parto, estamos en guardia y disponibles las 24hs en ese periodo, a la espera de que inicie el trabajo de parto. Mientras tanto, mantenemos contacto fluido por teléfono, whatsapp y email.
Realizamos un acompañamiento físico y apoyo emocional durante todo el trabajo de parto, sin límite de tiempo, dure las horas que dure. Utilizamos técnicas no farmacológicas para la gestión del estrés y del dolor. Apoyamos al acompañante/familia y buscamos generar trabajo en conjunto y un ambiente que le otorgue la seguridad, contención y confianza que necesitan.
Tras el parto, otorgamos apoyo para el establecimiento de la lactancia en el “periodo sensible” tras el nacimiento (1-2h). Y realizamos una visita postparto de seguimiento.
Las mujeres que dan a luz acompañadas por una doula reportan un mejor recuerdo de sus partos, como una experiencia positiva. Aumentan también los sentimientos de logro y autovaloración, lo cual contribuye al desarrollo de un mejor vínculo mamá-bebé.
¿Habías tenido alguna experiencia previa sobre partos en el agua? Cómo lo viviste como Doula y como mujer?
Esta fue mi primera experiencia acompañando un parto en el agua, y realmente fue sublime, intensa y transformadora. Me siento agradecida y bendecida por haber sido testigo de un momento tan trascendental en la vida de esta familia. Como mujer y madre de dos bellos soles, llena el alma saber que hoy en nuestro país contamos con el apoyo de profesionales para aquellas mujeres que desean un parto de esta manera y aún más importante, que buscan que se les respete en sus decisiones y deseos y se les acompañe en el proceso de manera amorosa y respetando tanto la fisiología del parto como la del recién nacido.
¿Cómo fue la relación Gineco-obstetra y Doula durante el parto?
Durante el trabajo de parto latente y el inicio del activo hubo una comunicación constante de la familia con el gineco-obstetra, donde se le fue informando cómo se sentía la mamá, acerca de las características del proceso y él transmitía su apoyo en todo momento. Una vez en el hospital, el trabajo fue de manera conjunta, cada uno en su rol y buscando acompañar de la mejor manera a los padres, tanto con sugerencias como con palabras de apoyo. Aquí quisiera agradecer personalmente al Centro Médico Bautista, al Dr. Guillermo Ramalho, al Dr. Buena y a las doctoras y licenciadas que formaron parte del equipo, por la calidad de su atención, no sólo desde el punto de vista médico sino más aún desde la calidad humana, la calidez y el trato amoroso y cordial para la familia.
¿Qué sensación te queda luego de haber visto el resultado (un hermoso bebé)?
Me desborda la emoción al revivir ese momento, una felicidad plena de que la llegada del bebé a este mundo se haya dado llena de tanto amor y respeto. La felicidad y satisfacción de una mamá que se empoderó y buscó el equipo que le acompañe en lo que ella anhelaba, y una familia que estoy segura después de esta vivencia estará aún más unida y fortalecida.
¿Qué significa para vos y qué importancia tiene en tu vida ser Doula?
Siendo sincera, es algo que años atrás no me lo planteaba. Fue parte de un proceso que tiene que ver mucho o casi todo diría, con mis maternidades. Desde que me convertí en mamá, y tras mis frustradas experiencias de parto, de a poco fui informándome y buscando espacios en la línea de la crianza natural, la lactancia natural y el parto respetado y natural. En ese camino, ya con mi segunda hija, se cruzaron en mi vida muchas personas especiales con las cuales compartía ideales. Descubrí espacios como Pachamama y 9 Lunas, que me abrieron las puertas para enriquecerme en este proceso. Y así, fui empoderándome y sanando heridas. Allí me di cuenta que muchas mujeres estaban pasando por situaciones similares a las que yo pasé, con muchos miedos, mucha falta de información y sobre todo falta de empatía y respeto hacia lo que ellas deseaban. Se veían muchas veces “obligadas” a guiarse por un sistema que no les gustaba y sobre todo que no les apoyaba.
De a poco fui acompañando a amigas, desde ese rol, compartiendo la información que tenía o teniendo largas charlas sobre mi propio proceso de descubrimiento respecto al proceso del parto natural. Y luego de haber estado presente en dos partos, sentí que eso era lo que quería hacer y empecé mi formación formal como Doula de Parto, ya que creo que toda mujer tiene el derecho a ser informada respecto a la fisiología del parto y el nacimiento, tanto durante el embarazo como durante el trabajo de parto, para así poder tomar decisiones informadas y conscientes sobre lo que sienta y crea mejor para ella y su bebé.
Hoy agradezco profundamente a cada una de las familias que me abrieron las puertas de su casa y de su corazón para acompañarles en un día tan especial de sus vidas. Me dedico a esto desde el corazón, buscando ser un gran sostén para las familias, y también anhelando que cada nuevo ser llegue a este mundo dentro del respeto a sus tiempos y a sus necesidades. Sueño con un mundo mejor para mis hijos y comparto desde lo más profundo de mi ser la frase del Obstetra Francés Michel Odent:
“Para cambiar el mundo, primero tenemos que cambiar la manera de nacer”.