Muchas veces es inevitable comparar: “la hija de mi prima habló a la perfección a los 2 años, y mi hijo con 2 y medio apenas dice unas pocas palabras”, o “mi vecina me contó que su hija ya decía ‘mamá’ a los 6 meses, y el mío con 8 todavía no lo hace”. Si bien esto es casi natural por tratarse de una preocupación materna, es muy importante tener presente que cada niño tiene su propio ritmo, que debe ser respetado.
Ahora sí, existen ciertas señales que nos pueden dar la pauta de cuando algo no está del todo bien, pero no a modo de alarmarnos sino a modo de actuar a tiempo. La Lic. Nadia de Font (fonoaudióloga) nos habla de las etapas normales del desarrollo del lenguaje en los niños, y nos cuenta en qué ayudarlos en cada una de esas etapas.
¿Cuál es el desarrollo normal del lenguaje en cada etapa del niño?
Se considera normal que el lenguaje del niño se desarrolle conforme a sus etapas de crecimiento:
– Entre los 2-3 meses: Vocalizaciones tempranas
– Alrededor de los 6 meses: Balbuceos
– Cerca de los 12 meses: Primeras palabras y uso de jergas (lenguaje difícil de entender)
– De 18 a 30 meses: Va formando frases cortas y ampliando el vocabulario progresivamente
– A los 3 años: Casi todos los sonidos del lenguaje deben ser claros. Su lenguaje debe ser entendido por extraños; aún cuando los sonidos no sean pronunciados adecuadamente.
¿Es diferente el proceso de habla en un niño con varios idiomas, al de uno con 1 solo idioma?
Cada niño posee su propio ritmo de aprendizaje e interiorización de lo aprendido. Así como los niños que solo tienen contacto con un idioma, que en ocasiones presentan pequeños desfasajes en la adquisición y/o desarrollo del lenguaje, así también puede pasar con el niño que está expuesto a 2 o más idiomas. Si existe un retraso en el desarrollo del lenguaje, no necesariamente se deba a la presencia de otros idiomas.
Sin embargo, es normal que cuando un niño está aprendiendo más de un idioma, su vocabulario combine las lenguas que está aprendiendo en simultáneo, (por ejemplo: “dame ball” en vez de “dame pelota”, o “give me the ball”), lo cual también, progresivamente ira diferenciando y adaptando adecuadamente con el tiempo.
Pero, es importante tener muy en cuenta que, cuando nos encontramos ante un niño con antecedentes de dificultades del desarrollo o aprendizaje, podamos reforzar inicialmente su lengua materna, para que pueda integrarla y comunicarse adecuadamente por medio de esta, y luego ir incorporando el otro idioma deseado.
Cuando se trata del desarrollo del lenguaje, lo más importante que podemos darle a nuestros hijos es un modelo de lenguaje óptimo a partir del cual aprender.
¿Qué otros factores podrían ser los responsables de un retraso en el habla?
Descartando factores neurológicos, auditivos, cognitivos y otros de ésta índole, un retraso en el desarrollo del lenguaje se puede deber a:
Falta de estimulación y motivación para el uso del lenguaje oral.
Uso permanente y prolongado de chupetes, biberones, succión digital, que además de provocar una notable alteración en la armonía de la estructura orofacial, también altera la función de labios y lengua para la producción adecuada de ciertos fonemas.
Acceso temprano, sistemático, y prolongado a dispositivos tecnológicos móviles, televisión, recibiendo constantemente mucha información a nivel visual y auditivo, pero sin necesidad de interactuar con “el otro”.
Escasa exploración y desarrollo del juego, compartido e individual.
¿Cuáles son las señales a tener en cuenta, para identificar un posible trastorno en el lenguaje?
A los 6 meses: No balbucea. No mueve la cabeza hacia el sonido. No responde a los cambios de entonación del adulto.
A los 12 meses: No se gira al oír su nombre. No produce sonidos con intención comunicativa. No comprende palabras de su entorno más cercano y familiar.
A los 18 meses: No señala cuando quiere algo. No comprende el “no”, ni órdenes sencillas como “toma”, “dame”. No dice ninguna palabra con significado.
Entre los 18 y los 24 meses: No utiliza una palabra como frase para expresar lo que quiere. No utiliza el “no”. No acepta la dieta sólida ni mastica. No juega de forma simbólica, por ejemplo acostarse como si fuera a dormir, coger la cuchara como si estuviera comiendo, etc.
Entre los 24 y los 30 meses: No construye frases de dos palabras. No va aumentando su vocabulario de forma regular. No mastica adecuadamente.
Entre los 30 meses y los 3 años: No forma bien frases de 3 o más elementos. No utiliza verbos. No hace preguntas.
Entre los 3 y 4 años: No utiliza oraciones complejas. No tiene mucho vocabulario. Cambia rápidamente de actividad sin entrar plenamente en ninguna. No interacciona con otros niños. No pronuncia bien muchos sonidos y su habla solo la entienden las personas de su familia y entorno más cercano.
Entre los 4 y 5 años: No hace chistes, adivinanzas. No pronuncia muchos sonidos. Es normal que todavía no pronuncie la s, ch , j, l y r que se aprenden más tarde, pero si el resto de los sonidos.
¿Qué deben hacer los padres si tienen dudas sobre el desarrollo del lenguaje de sus hijos?
Ante una o más señales de alerta, en cualquiera de las etapas es importante acudir a un profesional calificado (fonoaudiólogo) para que realice una evaluación completa del lenguaje, a fin de determinar en qué etapa se encuentra el niño y orientar a los padres en cómo realizar la estimulación adecuada, o el tratamiento que necesite llevarse a cabo para las necesidades específicas del niño.
Es muy importante evitar comparar a los niños entre sí, pero si debemos intentar ser objetivos a la hora de observar las carencias en el desarrollo del habla y lenguaje. Las alteraciones del habla y del lenguaje que no son tratadas oportunamente se afianzan y pueden extenderse a lo largo de las etapas del aprendizaje. Por eso instamos a los padres a que acompañen los procesos de sus hijos, ya que cuanto más prematuramente se intervenga, se obtendrán mejores resultado, y sin duda más efectivos.
Lic. Nadia de Font Reux
Fonoaudióloga
Reg. Prof. Nº 23
0984 569 746