No puede haber nada peligroso en tener a un bebé bien abrigadito viajando en un asiento especial para niños o al menos eso es lo que creíamos.
Una práctica común como esta también puede ser riesgosa para nuestros pequeños, en caso de que eventualmente el vehículo en que viajamos se involucre en un accidende.
¿Por qué?, lo que ocurre es que los abrigos muy voluminosos ofrecen un falso parámetro sobre el tamaño del bebé, este volumen ficticio impide que el cinturón de seguridad se ajuste adecuadamente a su cuerpo, lo cual puede hacer que se deslice del asiento durante un movimiento brusco o choque.
Ten en cuenta que los asientos para bebés vienen de acuerdo a la edad y el peso de los pequeños justamente para que se ajusten apropiadamente y así garantizar su seguridad.
Las correas del arnés deben estar bien sujetas al cuerpo del pequeño y también es fundamental verificar que el anclaje del asiento este correctamente instalado.
En caso de que haga mucho frío y por algún motivo no puedas activar la calefacción del vehículo mientras viajas, la mejor opción es poner una mantita para cubrir a tu niño -una vez que ya hayas ajustado correctamente las correas del asiento- para que viaje abrigadito y al mismo tiempo mantenerlo seguro.
Para comprobar que el pequeño viaja seguro, ajusta el cinturón del asiento y una vez puesto intenta deslizar tus dedos por debajo de la correa, a la altura del hombro de tu bebé, si es que dos o más dedos caben significa que el niño no está seguro y debes ajustar mejor las correas.